Analia Maisano
5/5
En estos días de junio celebro un aniversario muy particular. Hace un año sufrí una lesión en mi cuerpo físico que desató una búsqueda y propició un encuentro que sencillamente cambió mi perspectiva de la vida, de mí misma, de mis relaciones, de mi mundo. Este viaje se inició de la mano de Ivana y de sus terapias holísticas que supo pensar para mí en cada sesión, en cada encuentro.
La conocí mientras buscaba en las redes opciones para aliviar mi malestar. Vi un fabuloso video en el que, Ivana, sensible y generosamente hablaba de una sesión de Barras y de sus impresionantes beneficios . Le escribí, sin meditarlo. Ivana vivía a 1000 km de mi hogar, pero esa distancia no impidió que iniciáramos un viaje terapéutico de manera remota que fue decisivo para mi vida.
Pensó para mí, en cada sesión, un tipo de terapia holística que me hizo crecer y entregarme a un proceso de trabajo compartido, fuerte, intenso, maravilloso, emocionante, doloroso, lleno de aprendizajes. Fue una develación rápida: no era mi cuerpo físico de lo que debía ocuparme. Pero ¿de qué, entonces? ¿cómo hacerlo? ¿con quién?
Ivana me sostuvo y generosamente me regaló una caja infinita de herramientas que me enseñó a utilizar: un tesoro que llevo conmigo desde entonces. Terapias holísticas de manera remota!! completamente inverosímil para una racional-mental como yo. Unos cuantos meses después del inicio de nuestro viaje juntas pude conocerla personalmente y compartimos un día entero en la bella Córdoba
.
Hace unos días me dijo que ya estaba lista para continuar el viaje sola. Claro! Sabemos que nunca se viaja solx. Yo viajo con mi tesoro y sé que siempre puedo volver a Córdoba, a Barcelona o a cualquier sitio en búsqueda de otras herramientas para seguir recorriendo. Gracias hermosa Ivana.